Javier Sicilia:
¿El personaje mexicano del año?
En diversos círculos intelectuales, revistas de análisis político y en el debate nacional en general, se concuerda en que el personaje mexicano del año que finaliza, es un sencillo –pero a la vez vigoroso- hombre de letras y poesía al que la tragedia y el dolor lo catapultó a finales de marzo para convertirse en un referente del mexicano que está dispuesto a levantar su voz contra la barbarie violenta generada por los capos de la droga, pero también –aunque le pese al gobierno- a una política federal fallida que se recrudece con gobiernos de varias entidades que también contribuyen con alta dosis de responsabilidad, ya sea por actos de omisión o de acción, a dibujar este México teñido de rojo.
El 28 de marzo del año que expira, a Javier Sicilia Zardaín le arrebataron parte de su vida: la vida de su hijo –y la de otros seis jóvenes- fue truncada en Temixco, Morelos por el crimen organizado.
Sicilia dejó la poesía, y desde entonces encarnó la indignación de cientos y cientos de familiares de asesinados, a los que el gobierno califica de daños colaterales pero que en realidad son producto de la corrupción, la impunidad y las ganancias descomunales que deja el crimen organizado.
El 5 de mayo pasado, Javier Sicilia encabezó la llamada Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad que partió esa fecha desde la ciudad de Cuernavaca para llegar Al zócalo de la Ciudad de México el 8 de mayo, con el lema “¡Estamos hasta la madre!, los manifestantes presentaron varias demandas al gobierno federal, entre ellas, solicitaron al presidente Felipe Calderón la salida de Genaro García Luna como Secretario de Seguridad Pública.
Javier Sicilia, nacido en la capital mexicana en 1956, es profesor de literatura, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 1995. Los temas de la poesía de Sicilia están vinculados al catolicismo; durante su formación poética-intelectual fue ávido lector de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila y Concepción Cabrera.
Desde este rincón de la patria, donde –por fortuna- el rostro grotesco de la inseguridad no se asoma con su siniestra silueta; casi no se percibe la grandeza de un hombre que en la hora más funesta de su vida, decidió apostarlo todo para evitar que más mexicanos sigan transitando por las avenidas del dolor al perder a un ser querido…su lucha será larga, pero en su batalla hay muchos mexicanos más de buen corazón que no quieren que este país siga perdiendo a sus hijos de la manera más vil.
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Cozumel Quintana Roo México, diciembre de 2011
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