lunes, 12 de diciembre de 2011

Cuando la política desplaza al interés social

Desde los tiempos de las civilizaciones griega y romana, existía la trapacería de los politicos -los tribunos y senadores de entonces- sin embargo, a diferencia de lo que impera en nuestros días, la poltíca si era un instrumento de búsqueda del bienestar colectivo.

En México la prioridad  de los politicos -con muy raras excepciones- es llenarse primero los bolsillos, y después...seguirse llenando los bolsillos también. Alejados del principio juarista de la justa medianía en las cosas materiales, los funcionarios públicos -de cualquier nivel- ven en sus trabajos la posibilidad de enriquecimiento desmedido, lo que los aleja casi siempre de la politica entendida como fundamento de cambio y mejoramiento social.
2012 en México será un año de frenética  actividad politica, los lugares comunes, simbolismo y todo aquello que representa el ritual de la politica a la mexicana se mostrará con toda su faz enchida de cinismo y promesas que nunca se llegarán a cumplir. Lo que importa a los candidatos y sus partidos es encaramarse en el poder para servirse del más suculento banquete de la patria: sus bienes, su patrimonio, para convertirse en los admirados por la plebe...o la prole como dijo recién la hija de un candidato.
Hasta el año 2000, 71 años de hegemonía priísta, nos colocó como un país de corruptos, de nepotismo, y en el que el despilfarro e indebidas politicas públicas fueron el pan nuestro de cada día, sin contar con las recurrentes crisis de fin de sexenio, y hasta crímenes politicos hacía el final del Priato. Los jóvenes de hoy, no vivieron la época autoritaria disimulada con migajas de democracia que padecimos los jóvenes de los ochentas, por ejemplo.
En el año 2000, llegó la alternancia a México, no pocos habitantes de este suelo patrio, creímos que el país transitaría hacía una nueva era de prosperidad. Vicente Fox, generó expectativas de cambio...y aunque su principal mérito fue quizá desmitificar la figura presidencial que era el gran Tlatoani del siglo XX con el PRI 
en los Pinos, concluyó su mandato entre pifias y reieteradas muestras  de su locuacidad que ponen en duda, que el guanajuatense haya tenido en claro, alguna vez, la importancia del cargo que le confirieron los mexicanos en julio del 2000.
PRI y PAN...ya nos demostraron que son buenos para gobernar según sus intereses. Del presidente Calderón, se puede decir que aunque su decisión de militarizar la lucha contra el narcotráfico fue valiente audaz y necesaria, desacredita su intención su obsesiva estrategia que no admite ninguna propuesta de otros protagonistas politicos...
Parecería que el turno para encabezar el gobierno federal es ahora para las huestes perredistas; sin embargo, y aún no queriendo ser pesimistas, es necesario considerar que su abanderado Andrés Manuel López Obrador, mandó "al diablo a las instituciones" cuando era jefe del gobierno del DF., puso en jaque el sistema republicano de México cuando intentó a toda costa que Felipe Calderón asumiera la primera magistratura del país, y por si fuera poco en sus elecciones internas, los perredistas han mostrado -salvo la ocasión más reciente- que sus tribus ejercen un canibalismo politico del que hay que tener cuidado.

Cierto, no pinta bien el panorama para la nación. Los partidos politicos -contra lo que digan los propios politicos- atraviesa por una severa crisis de credibilidad derivada de sus propios actos. Urge replantear el sietema politico mexicano, está agotado...o mejor dicho, lo han agotado sus propios 
representantes. No resta más que dicir ¡Qué Dios bendiga a la patria, que bastantes malos hijos tiene!
                                          Cozumel Quintana Roo, México, diciembre 2011


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